“Ver el mundo en blanco y negro nos aleja de la moderación y de la paz interior porque la vida, por donde se mira, está compuesta de matices.

Querer imponer al universo nuestra primitiva mentalidad binaria no deja de ser un acto de arrogancia y estupidez.”

Walter Riso.

martes, 29 de julio de 2014

QUE ES LA HOMOFOBIA INTERIORIZADA?





Años de prejuicios contra los gais dejan una huella en su autoestima

       "Esto es una película estadounidense de terror. Un grupo de adolescentes se queda atrapado en una casa que ha sido escenario de muertes inexplicables. De repente, la típica rubia se queda sola. Se oye un ruido y ella pregunta en voz alta: ¿John, eres tú? Silencio. ¿Qué pasará?“ Lo pregunta Gabriel J. Martín, experto en gay affirmative psychologyy psicólogo en el Instituto de Estudios de la Sexualidad y la Pareja. “Todos mis pacientes me contestan: -Aparecerá el asesino y se la cargará. ¡Bingo! Tenemos interiorizadísimo el guión y esto nos permite saber qué pasará. Nuestros guiones mentales funcionan de la misma manera”, dice Martín.
A veces, los guiones, que nos permiten anticipar qué pasará en determinadas situaciones cotidianas, y que afectan la manera en que actuamos, están distorsionados. Y son la razón que lleva a muchos hombres gais a la consulta de Gabriel J. Martín: creer que ir por la calle de la mano del novio atraerá todas las miradas; no querer darle un beso en público por temor a recibir insultos, o pensar que los compañeros de trabajo te mirarán mal si saben que te has ido de fin de semana romántico con tu novio son guiones mentales que no siempre corresponden con la realidad, y que afectan el comportamiento y la salud emocional y física.
“A que un homosexual tenga la creencia (distorsionada) de que será menos valorado sólo por el hecho de ser homosexual se llama homofobia interiorizada. Y, en tanto que afecta negativamente su vida y la motivación e ilusión con la que afronta sus proyectos, se convierte en un problema. Es muy común, de los temas que más trabajo en la consulta”, afirma.

Actualizar el software
La homofobia interiorizada son siglos de incomprensión y rechazo integrados al software mental, que hay que actualizar. La homofobia interiorizada (la interiorización de los prejuicios homófobos en la mente de una persona homosexual), según Martín, es una de esas cosas que se entienden mejor explicando cómo funcionan que explicando qué son. “Quizás porque la homofobia interiorizada -también se conoce como IH, a partir de las siglas de Internalized Homophobia, en inglés-, hasta parece paradójico: ¿cómo es posible que un homosexual sea homófobo? La verdad es que la situación es algo diferente: que sufras homofobia interiorizada no quiere decir que seas homófobo, quiere decir que años y años de oír prejuicios han dejado su huella en tu autoestima. “Como una especie de ideas fosilizadas que todavía se esconden entre los rincones de tu mente”, y que se traducen en sentimientos de vergüenza, angustia, ansiedad o culpa.

Charletas de pasillo
“La IH impide llegar el lunes al trabajo y disfrutar de aquellas charlitas de pasillo: ¿Eh, Marc, como ha ido el fin de semana? “Y tú, en vez de contestar «Precioso, fui de escapada romántica con Oriol a la montaña», te sentirás interrogado, notarás como te sube la adrenalina, y te perderás diciendo: Mmm... Yo... ahh... fui con un amigo de excursión, ilustra el psicólogo -.
La IH hace que te avergüences de ser homosexual y, si te avergüenzas de ello, no contarás cosas personales tuyas. Si no explicas cosas personales, no podrás establecer lazos íntimos con los otros. Si no estableces lazos íntimos con los otros, no podrás experimentar la sensación de intimidad y acogimiento social. Y si no experimenta... ya sabes cómo te sentirás: solo, completamente solo y aislado (y la soledad sí que es una maldición). La ecuación es muy sencilla: si te da vergüenza hablar de tu afectividad es porque tu autoestima no está bien. Y si tu autoestima va mal... ¿cómo quieres sentirte? ¡Pues eso!, exclama el psicólogo.
Uno de los argumentos que más se esgrimen sobre mantener la afectividad escondida es que los heterosexuales nunca deben hacer saber su orientación sexual. “Es mentira -remacha Martín-, los heterosexuales sí que se pasan el día diciendo que son heterosexuales. Cada vez que un hombre dice «este fin de semana he estado con mi mujer y los niños en Besalú», está diciendo que es hétero. La cuestión no es que tengas la obligación de decir que eres homosexual. La cuestión es que no tengas la obligación de ocultar que eres homosexual. No se trata de decir, sino de no sentirse obligado a abstenerse de hacerlo”.
La homofobia interiorizada, por otra parte, es más fácil que se dé cuando la persona ha crecido en un entorno homófobo o poco empático. En las familias en las que la homosexualidad es rechazada de forma directa y evidente, el riesgo de que un hijo o hija homosexual se convierta en un adulto con homofobia interiorizada es mucho más alto que en familias en las que la homosexualidad es vista con respecto y empatía. En este sentido, ha habido un cambio generacional importante. “Es más fácil que los homosexuales de 35 años en adelante tengan mucha más IH que los homosexuales jóvenes, que han crecido en un contexto indudablemente mucho más gay friendly”.  A veces, incluso naciendo en una familia conservadora, las nuevas generaciones tienen menos problemas con la homofobia interiorizada. “Hoy en día un chico gay, aunque haya nacido en una familia del Opus, ya tiene una cantidad enorme de referentes sociales, que hacen que la afectación de la homofobia sea mucho menos importante”.
El caso de las mujeres es diferente, ya que sufren una doble discriminación -la de ser mujer (discriminación de género) y la de ser homosexual-, aparte de tener mucha menos visibilidad. “La peor mentira es la que no se cuestiona. De ello la homofobia interiorizada: de siglos de incomprensión y rechazo almacenados en tus propios esquemas mentales y los que fuiste más vulnerable cuando menos podías defenderte: cuando eras un niño”, dice Martín.

Cómo romper guiones
Para romper guiones, Martín propone a sus pacientes varios ejercicios para deshacerse de la homofobia interiorizada, después de haber analizado y detectado, claro, qué prejuicios tienen grabados en su interior. “Se trata de actualizar el software mental”.  Para hacerlo, hay que exponerse y pasar a la práctica. “A uno de mis pacientes le encargó llevar un libro de temática gay en el metro, algo que le daba mucha vergüenza. Tenía que hacer un recorrido de 8 paradas leyendo el libro, y nadie le dijo nada ni se fijó. Se dio cuenta de que el problema lo tenía él, y que sus guiones mentales, lo que creía que pasaría, estaban equivocados”.

"¿Cuántos guiones distorsionados tenemos sin ser conscientes? - se pregunta Martín -. El de «si no me llama en dos días, quiere decir que no le intereso», el de «si digo que soy gay, en el trabajo hablarán de mí cuando no sea o el de «si hablo de mi novio, mi padre no soportará la incomodidad que le crear黓.  Según el psicólogo, damos por hecho que determinados antecedentes irán seguidos de consecuencias destructivas, pero no de constructivas. “Contradecir la probabilidad es el inicio del cambio”, concluye el psicólogo.

sábado, 26 de julio de 2014

Arsenokoites: ¿abuso sexual/explotación?



Robert Gagnon (2001:303-339) proporciona una detallada reseña sobre la información lingüística en torno al  término arsenokoitai y la interpretación de 1 Corintios 6:9 y 1Timoteo 1:10 en el que busca refutar las conclusiones de Dale Martin citando, además, varios textos no incluidos en el estudio de Martin.  Gagnon traduce arsenokoitai de la forma más literal como “varones-cama [male-bedders]” (306), argumentando que tales traducciones -basadas en la etimología- (315, citando a David Wright 1984) indican que el término condena todos los actos de sexo entre varones, implicando el  rechazo de aquellas interpretaciones/traducciones que limitarían los actos designados de ese modo a todos aquellos que involucran algún tipo de explotación sexual.  Gagnon (2001:323) explica:

En el sustantivo compuesto arsenokoites (arsen=varon[es] + koites= cama[s]: el primer elemento varón[es] es el objeto, dado que en las combinaciones comparables de X-koites el primer elemento especifica el sujeto del acto sexual/dormir/cama (o su escenario / esfera)  y el segundo elemento   koites= cama[s] / el [los] que se acuesta[n] corresponde al sujeto (varón) , el [los] que se acuesta[n]  que “encaman/inician el acto sexual con” el otro varón (arsen) como indica el hecho de que el sufijoes en koites es masculino (cf. Nissinen 1998; Boswell 1980:335-53).

Pero más adelante Gagnon afirma que “argumentar que Filón o Pablo estaban solamente preocupados por las relaciones de carácter explotador entre varones es equivalente a argumentar desde un oxímoron, porque para ambos, Filón y Pablo las relaciones entre personas del mismo sexo eran inherentemente explotadoras [las itálicas son mías]. Desde el momento en que un hombre toma a otro varón para acostarse con él está distorsionando y rebajando la identidad sexual de éste tal como fue creada y ordenada por Dios, independientemente de si la relación es completamente consensuada y no comercial” (311). 

 Pero, si los términos sexuales para el sexo anal entre varones utilizados en la cultura patriarcal en la que vivió Pablo  implicaban siempre  explotación (un varón superior que penetraba a un inferior ya sea esclavo, jovencito, etc.) entonces, ¿cómo podría interpretarse a Pablo condenando el sexo anal entre varones de nuestra cultura actual que no se caracteriza por la creencia en la inherente superioridad del varón que penetra sexualmente a otro? Pablo podría haber condenado a todos aquellos que utilizaban burros para el transporte, pero tal cosa apenas proveería alguna base para creer que dicha prohibición podría ser aplicada en la actualidad para condenar a aquellos que utilizan el automóvil para trasladarse.

Haciendo referencia a la clásica refutación de James Barr  respecto del “error etimológico” tan común en la literatura exegética  y teológica de la época (The Semantics of Biblical Language, Oxford University, 1961:107-10), Martin nos recuerda que “la etimología de una palabra  es su historia, no sus significados.  

La única forma confiable de definir una palabra consiste en analizar su uso en tantos contextos como fuere posible” (2006:39), aunque Gagnon no está de acuerdo  con esta apreciación que cuenta con el consenso generalizado de los lingüistas modernos. Sin embargo, la gran cantidad de excepciones al caso puede sugerir que la etimología debería ser confirmada primero por el uso (como ocurre normalmente)  pero nunca tomada  como una guía fiable en sí misma. Como explica  Martin, “resulta altamente precario tratar de establecer el significado de una palabra separándola en sus partes y tomando el significado de sus componentes para luego asumir sin evidencia que lo confirme, que el significado de la palabra completa es el resultado de la simple combinación de sus componentes” (2006:39; itálicas mías).  Más aún, en el caso de arsenokoitês, la etimología (Griego “varón” + “cama”, ver LXX Lv 18:22; 20:13)  sugeriría solamente actos de sexo anal entre dos varones y no actos sexuales entre varones en general.  Mucho menos, actos sexuales entre mujeres o la orientación sexual de las personas involucradas (Saul Olyan 1994/97  Hanks 2011:27). Deberíamos notar que las citas de Levítico 18:22 y 20:13  ocurren en un contexto donde se condena el abuso incestuoso pudiendo hacer referencia al abuso de los padres sobre sus propios hijos varones (David Steward 2006:96-99  Hanks, Levítico).

1 Pablo encabeza su lista de vicios de 1 Co 6:9-10 con el término adikoi (injustos, opresores)  y en 1 Ti 1:10, el único lugar de todo el NT donde arsenokoitês aparece después de Corintios,  es precedido por una referencia a los prostitutos varones [pornois] y seguido por otra a los “traficantes de esclavos”, sugiriendo que  arsenokoitês hace referencia a los nuevos dueños/clientes de los jóvenes prostitutos que  fueron secuestrados y esclavizados  (actos de explotación y opresión). En tal sentido, Martin sostiene que  los usos post-paulinos más tempranos de arsenokoitês de la misma manera involucran explotación económica  y violencia/abuso  (como la esclavización de jóvenes para la prostitución). Por lo tanto, estos textos no hablan de relaciones consensuadas y amorosas entre adultos del mismo sexo (Loader 2012:330; cf. Gagnon 2011:332-36). Si Gagnon tiene razón en cuanto a que arsenokoitês se refiere a “todos los varones que participan en el rol activo de una relación homosexual” (2001:325), esto quiere decir que 1Ti 1:10 no condena a los participantes pasivos en el sexo anal.

1.1 En cuanto al uso de arsenokoitein en los Oráculos Sibilinos  2.73, Martín comenta que “El oráculo probablemente provee un uso independiente [itálicas mías; ver 4.5 más abajo] del término [arsenokoitês].  Esto ocurre en una sección que enumera actos de explotación e injusticia económica;…actos injustos…robo de semillas…arsenokoitein…traicionar información…asesinato… dar al trabajador su salario. No oprimir al hombre pobre…” (2006:40-41). Citando a Martin, William Loader explica que “entre las interpolaciones cristianas en el Libro 2 de los Oráculos Sibilinos el término arsenokoitein (2.73) aparece en un contexto comprendido por prohibiciones de engaño, perjura, robo, delación, asesinato, retener salarios y oprimir al pobre (2:68-74) y no en la lista de delitos sexuales (2:279-282) que es en  todo caso donde podría esperarse” (2012:330).

Gagnon data los Oráculos Sibilinos en 165-45 AC (2001:317-18). Las complicaciones textuales presentes en los manuscritos de los Oráculos son infames.  “En el original de Las Sentencias de Pseudo-Focilides,  fuente de la larga interpolación, la prohibición de actos sexuales entre varones aparece  dentro de un extenso pasaje sobre el sexo (Charlesworth 1985 II [580-8 vv. 175-206]). Martin cita la edición crítica de Charlesworth sobre lo  textos conflictivos  reconociendo los problemas de las variantes textuales. Martin  mantiene además  la  evidencia del valor lingüístico independiente del texto que cita, puesto que “no existen razones para pensar  que el texto es  dependiente de Pablo o del Nuevo Testamento” (2006:40. Luego para Martin, la cuestión de la originalidad del texto (OrSib 2.73) es irrelevante para la evidencia de su valor lingüístico.

Sibylline Oracles, 200 A.C. – 700 D.C.  (Charlesworth, ed.; I, 1983:317-472, J. J. Collins tr.) Book 2, vv. 1-230: “Extract from Pseudo-Phocylides,” pp. 346-48, vv. 56-149); ver notas j (346) y f2 (348); 2.73 ”Do notarsenokoitein (verbo) ; contexto: “Sobre la justicia”, abusos económicos.

The Sentences of Pseudo-Phocylides, 100. A.C. – 100 D.C.  (Charlesworth, ed. II, 1985:565-82, pp. 565-82, vv. 1-230, P. W. van der Horst tr.: “pasion homosexual” [mejor: pasión homoerótica masculina]  (p. 574, v. 3); “Marriage and Chastity” (vv. 175-206, pp. 580-81).

1.2 Hechos de Juan 36 [II:178; Siglo III]: “Tu que te deleitas en el oro, el marfil y las joyas… el ropaje suave … el asesino… el envenenador…adivino, atracador, estafador, y sodomita [arsenokoitês] el ladrón y toda esa banda” (Schneemelcher, ed. II : 178).  Al respecto William Loader comenta: “La situación es similar en los Hechos de Juan 36. En ambos parece significar cierta clase de explotación económica, probablemente por medio del sexo” (2012:330 citando a Martin;  Gagnon lo data en el siglo II 2001:318). Martin escribe: “Aquí también arsenokoitês  aparece dentro de una lista de pecados relacionados con lo económico y la injusticia, deleite en el lujo, apropiación de lo ajeno, estafa… El énfasis a lo largo de esta sección se concentra en el poder, el dinero y la explotación injusta, no en el sexo probablemente haciendo referencia a alguna clase de explotación comercial nuevamente  por medio del sexo” (2006:41). Pero Martin no habla deotra  lista, sino que se refiere simplemente  al párrafo precedente donde se denuncia el “adulterio” de los varones de Éfeso, “orgullosos de su hermosa figura” y también “ustedes, mujeres adúlteras” (35).

1.3 Loader escribe: “En una lista de ofensas [el Obispo] Teófilo de Antioquía [c. 115- c. 181] (Autólico [1.2]) tenemos el siguiente orden: adulterio  y prostitución; luego robo, saqueadores, defraudadores, solo después ocurre arsenokoites, y en otra lista aparece después de adulterio y porneia y antes de codicia e idolatría” (2012:330; cf. Gagnon: segundo siglo 2001:318). Martin comenta: “arsenokoitai está separado de los pecados sexuales por tres términos que hacen referencia a injusticias económicas… Agrupándolo con pecados de índole económica, sugiere que refleja su comprensión del rol social al que hace referencia y su acierto retórico de agrupar los vicios por categorías… Más adelante, en el mismo trabajo arsenokoitaiaparece en otra lista… Aquí el término agrupado con los términos precedentes  podría ser entendido como un vicio sexual, o como un vicio de carácter económico si se le agrupa con los siguientes. Una posible explicación sería que significa  en realidad  las dos cosas: explotación económica por medios sexuales” (2006:42; énfasis mío).

1.4 Hipólito [c. 170 – c. 236] (Refutación de Todas las Herejías 5:26.22-23) reporta un mito gnóstico de acuerdo al cual el adulterio entró en el mundo cuando el ser diabólico Naas sedujo a Eva y la  arsenokoitiacuando Naas poseyó a Adam “Como un chico (esclavo)” (Haer.5.26.22-23). Al respecto Martin comenta: “Deberíamos notar… el elemento de fraude y decepción aquí presentes.  El lenguaje en torno al tratamiento de Adán por parte de Naas… que podría ser leído como tomando posesión de él como esclavo, podría connotar explotación y aún violación. El contexto permite una lectura de arsenokoitai  implicando el uso  sexual injusto y coercitivo de una persona sobre otra” (2006:42; Gagnon: “una alusión a la pederastia” (2001:318).  Del mismo modo Jim Miller traduce: “eyaculado dentro de él como un jovencito” comentando que: “Este uso incidental de Hipólito nos proporciona el significado más explícito para el término paulino presente  en 1 Corintios 6:9 y 1 Timoteo  1:10” (2010 18.1). Sobre la pederastia en los textos bíblicos y en  la patrística temprana ver también a  Robin Scroggs (1983), Irene Foulkes (1996).

1.5 En su Preparación para el Evangelio, Eusebio cita a Bardesanes, un escritor cristiano del tercer siglo (Martin refuta la interpretación que equipara arsenokoitês con “un favorito”; 2006:42-43; cf. Gagnon 2001:319). Gagnon cita además otros cinco textos que se refieren a arsenokoitês (ver más abajo) mayormente involucrando actos de rapto/secuestro (Zeus y Ganímedes) o intentos de violación en grupo (Sodoma).
Gagnon incluye  cinco textos adicionales a los cinco básicos (200:319-22; ver 1.1-5  arriba):
1.6 Apología de Arístides (ca 125-45 D.C.) arsenokoitias  13.7; cf. 9:8-9 Zeus con muchas mujeres (humanas y divinas) + abducción de Ganímedes (Gagnon 2001:319-20); ver Loader (2012:330).

1.7 Siguiendo a David Wright (1984:320-21), Gagnon (2001:320-21) hace referencia a cuatro textos donde se usa el sustantivo abstracto arsenokoitia  datándolo del siglo V  o posterior:  Orígenes (254 D.C.); Theodoret de Cyrrhus (ca.410); y Juan de Damasco –todos textos que Martin y Loader omiten por ser muy posteriores  o muy débiles para afectar al argumento en cuestión.

1.8 En su Demostración del Evangelio (1.6.67), Eusebio (340 D.C.) se refiere al mandamiento de Moisés de no cometer arsenokoiten (probablemente una referencia a Lv 18:22; 20:13, pero cf. Boswell 1980:351 y  la refutación de Gagnon  2001:323-324). Martin comenta que “Este uso del cuarto siglo sería menos importante como para establecer un significado  muy anterior, quizá más específico del término… explotando a otros por medio del sexo” (2006:43).

1.9 Macario de Egipto (ca 425), en esta colección de homilías (4:22) los varones de Sodoma son acusados de “querer cometer arsenokoitia” (intento de violación en masa) con visitantes angelicales.

1.10 Aún más, las versiones más antiguas del Nuevo Testamento: Latina (siglo IV/V); Siríaca (ca. IV/V); Cóptica (varios dialectos) traducen los dos usos de arsenokoitai (1Co 6:9 y 1Ti 1:10) como varones que se acuestan  (sexualmente) con otros varones (ver Latin masculorum concubitores). Al respecto Martin comenta: “Las traducciones más tardías proveen escasa evidencia confiable para conocer el significado del término en el contexto Griego del  primer siglo” (2006:203, nota 19). Gagnon agrega (322, nota 119) “tres posteriores apariciones”: (1) Astrólogo egipcio Rhetorio (siglo VI); (2) La Anthologia Graeca, una colección de epigramas recordando una inscripción de Tesalónica en honor de un emperador Bizantino del siglo IX; (3) Penitenciales (Siglos IX / X), falsamente atribuidos a Juan el Ayunador, Patriarca de Constantinopla, 582-95 DC.
Loader (2012:331) cita, además, la Carta de Policarpo a los Filipenses 5:3 (107-08 DC; no mencionado por Martin):
3. De la misma manera también hagamos que los jóvenes sean intachables en todo; preocupándose en la pureza por encima de todo, y conteniéndose de lo malo; porque es bueno alejarse de laepithumía (exceso de deseo, codicia, lujuria)  de las cosas del mundo, porque cada epithumía(exceso de deseo, codicia, lujuria)  está en  contra del  Espíritu y ni los fornicarios (pornoi) ni los afeminados (malakoi) ni los sodomitas (arsenokoitai)  heredarán el Reino de Dios ni todos aquellos que hacen cosas inicuas.
Sin embargo el texto de Policarpo simplemente cita 1 Co 6:9 que agrega escasa evidencia independiente  respecto del significado de arsenokoitês y, en ese sentido, habría sido omitido entre las evidencias lingüísticas significativas.  Fácilmente, en Policarpo los intérpretes pueden  pasar  por alto los matices del término epithumía (lujuria, o aún mejor codicia) como aparece en el Décimo Mandamiento según la LXX: “No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la esposa de tu prójimo o su esclava, o…” Ex 20:17 // Dt 5, donde “esposa” precede a “casa”). Los intérpretes  pueden olvidar que en la Biblia la mujer/esposa era comúnmente considerada como la propiedad sexual de su padre que luego pasaba al esposo (Countryman 2007:144-228) de tal modo que cualquier contrato matrimonial no se realizaba  con la esposa sino entre el novio y su suegro).  Los lectores fácilmente presuponen una dicotomía entre los pecados “económicos” y “sexuales” (para más detalle sobre la codicia, ver Danker BDAG 2000:371-72; y especialmente Ro 13:8-10, donde “codicia/lujuria” se refiere a aquellos deseos muy fuertes que terminan haciendo daño al prójimo).
Obviamente aquellos textos más tardíos no afectan el caso de Martin sobre el significado de arsenokoitaidurante los tres primeros siglos  como actos que involucran abuso sexual. Martin, en efecto, desestima los textos más tardíos como irrelevantes: “No discuto otras apariciones del término… porque no veo posibilidad de que las mismas nos traigan luz acerca del significado de arsenokoitês en el primer siglo… Tales usos  opacos y tardíos del término deberían ser dejados de lado hasta tener una evidencia más clara sobre su significado en relación al uso que se hacía en el primer siglo” (2006:203, nota 19).
Aunque los biblistas están un poco lejos de llegar a un consenso, Loader probablemente representa la opinión más representativa cuando escribe (2012:332): “En el balance….Pablo probablemente utiliza los dos términos [en 1Co 6:9] en referencia a varones que  tienen relaciones  sexuales [anales] con otros.”
•Con la primera [malakoi, varones suaves], refiriéndose al actor pasivo voluntario, ya sea por consentimiento privado o como prostituto masculino, “aquellos que se someten a penetración  sexual por parte de otros varones”
•Y la segunda [arsenokoitai], refiriéndose a “aquellos que penetran sexualmente a otros varones,  que podría tener una referencia más amplia que incluye  la explotación también por la fuerza,  aunque no se limitaría a ella”.

2  Acerca de  1 Timoteo  1:9-10
1Tim 1:9-10: una  lista de vicios/lista de ofensas /  en realidad  es  “una lista de pecadores” (Marshall 1999:377-78); ver los falsos maestros en 1:3-4;  Tito 1:10-16; Gálatas 2:1-10; Romanos 1:18-32 :
8 Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente.
9 Conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo sino
[1-2] para los transgresores y desobedientes
[3-4] para los  impíos/sin Dios y pecadores
[5-6] para los irreverentes y profanos
[7-8-9] para los parricidas, matricidas y homicidas
10 [10-11-12] para los prostitutos (m.), los varones-cama, los traficantes de esclavos
[13-14] para los mentirosos,  perjuros –y para cuanto se oponga a la sana doctrina-
11 según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado.
De acuerdo con esta lista, los 14 pecadores aparecen en grupos: de 1 a 6 unidos por un “y”; 7-9 tiene un par obvio con el añadido de un término más general, “homicidas”; 10-12 señala tres tipos de pecadores involucrados en ofensas de propiedad sexual y 13-14 vuelve al comienzo con sinónimos sin el “y”.
Si negamos que #10-12 debe ser leído como un grupo de tres, entonces 12 (traficantes de esclavos) sería el único  ítem en la lista sin  vínculo con los demás. Pero si lo aceptamos como un grupo de tres,  el significado de  arsenokoitês  (varones-cama)  está  obviamente afectado y, por lo tanto, deberá reconocerse como una conducta que involucra daño y explotación, tal como  ha señalado Scroggs:
“Una de las razones por las que un jovencito apuesto o una mujer bella serían secuestrados es  proveer esclavos para su uso  en prostíbulos. Luego el secuestrador o traficante de esclavos es una persona involucrada en el comercio sexual, finalmente responsable del pornos, que es utilizado (su servicio) por los arsenokoitês. De este modo los tres términos encajarían juntos pudiendo traducir 10-12 como: “los prostitutos varones, los  hombres que se acuestan [con ellos], los traficantes de esclavos [que proveen los prostitutos]”. Esto da sentido a los tres términos sucesivos [de 10-12] y debería ser considerado como  una posibilidad sería” (Scroggs 1983:120, que agrega en su nota 23: “Si el término  secuestradores no estuviese de algún modo  relacionado  con los dos precedentes sería único en esta lista, dado que todos los otros términos [que aparecen en 1Tim 1:9-10] tienen conexión, ya sea  con la palabra anterior o con la siguiente”). Ver William Stacey Johnson 2006:50-133; James V. Brownson 2013:42-43; cf. Gagnon 2001:332-36; sobre pornos (prostituto masculino), cf.  pórne, “prostituta/ramera”, persona que recibe un pago por servicios sexuales, Danker BDAG (2000:854-55).
Nissinen (1998:114) y  Gagnon (2001) argumentan que “la ley” en 1 Ti 1:8-11 hace referencia a la ley de la Biblia Hebrea, lo que según su opinión “refuerza el vínculo entre arsenokoitês y las prohibiciones levíticas” (324, nota 120). Sin embargo, a la luz del  estudio de Saul Olyan, Lev 18:22 y 20:13 exclusivamente hacen referencia  al sexo anal varón-varón y no a todas las expresiones homoeróticas.

Por lo tanto, algunos esfuerzos tradicionales  para procurar  una base de apoyo  que  relacionaría  la lista de 14 pecadores con los  Diez Mandamientos  en la  referencia  a la “ley” (nomos; 8-9),  ha probado no ser convincente. En efecto:
Ítems 1-6 se podrían  relacionar muy vagamente con los mandamientos # 1 -5
Ítems 7-8 combinan  una referencia a los padres (#5)  con no matar (#6)
Ítems 10-12  sólo se refieren a los varones y omiten el adulterio (#7)
Ítem 12 se refieren solamente a los secuestradores / traficantes de esclavos, no a las formas más          comunes de apropiarse de lo ajeno.
La codicia (#10), lo mismo que el adulterio y la observancia del Sábado, es omitida, aunque muy enfatizada por Pablo en su resumen de los Diez Mandamientos (Rom 13:8-10).
Si reconocemos que 1 Timoteo  tiene el objetivo de promover lo que es “sano” (la sana enseñanza),  el lector moderno debería cuestionar la mejor manera en que las iglesias y sus miembros puedan experimentar relaciones verdaderamente  sanas: ¿Prohibiendo toda clase de  relaciones entre personas del mismo sexo? ¿O solamente cuando tales prohibiciones (lo mismo que en el caso de las  relaciones  heterosexuales) se limitan a  conductas que hacen daño al prójimo?  (Ver Rom 13:8-10).
De la misma manera que la inclusión de los “traficantes de esclavos”  ataca una práctica abusiva pero no implica el rechazo de la institución de la esclavitud, así la inclusión de los “varones-cama”  en relación con los prostitutos masculinos y los traficantes de esclavos ataca exclusivamente los actos sexuales homoeróticos abusivos y no las relaciones sexuales entre varones en general (ver Harrill: “Mientras el uso de andrapodistai  [ladrones de varones] en la lista de vicios de 1Ti 1:9-10 sirve para atacar  adversarios [de la fe], no tiene como objetivo atacar la institución o ideología de la esclavitud” 1999:120). No sabemos lo que el autor de 1 Timoteo pensaba sobre estas cuestiones, pero la inspiración ciertamente se refiere a lo que los escritores bíblicos enseñaron,  no a lo que  pueden haber pensado (2 Ti 3:16-17).

Conclusión
Ciertos textos concernientes a la mujer son, de forma similar, problemáticos para el lector moderno.  Willam Loader (2012:379) cita a Judith Gundry-Volf (997:165) sobre 1Cor 11:2-26: “Una lectura igualitaria consistente del pasaje es…excluida por el innegable patriarcalismo del marco argumentativo” [ver la referencia  de Pablo a un presunto universo jerárquico:  “Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo” (1Cor 11:3; Loader 369). En realidad Pablo mismo nos provee lineamientos útiles con el fin de extraer  normas de conducta relevantes para tales textos problemáticos cuando cita los Diez Mandamientos concluyendo con: “Ama a tu prójimo como  a ti mismo [Lv 19:18]. El amor no hace mal al prójimo. Por lo tanto el cumplimiento de la ley es el amor” (Ro 13:8-10). La historia de la iglesia está atestada de ejemplos de lecturas fundamentalistas  y literalistas  de textos que se usaron para infligir inmenso daño a grupos minoritarios y débiles –lo mismo podría decirse de otras religiones e ideologías con sus propios escritos autoritativos. Textos aislados  tradicionalmente utilizados  para promover  marginalización, opresión y violencia contra los pobres, esclavos, inmigrantes, científicos  de avanzada, mujeres y minorías sexuales necesitan ser interpretados cuidadosamente a la luz de las normas bíblicas trascendentes de justicia, sabiduría y amor (James V. Brownson 2013).  De otro modo simplemente  terminamos desacreditando las fuentes que citamos y que buscamos honrar, y ciertamente no nos sorprenderá comprobar que las mismas dejen de ser respetadas o directamente ignoradas como irrelevantes para dar respuesta a cuestiones de actualidad.
Después de repasar la evidencia,  Gagnon concluye: “Dadas las múltiples ocurrencias, es sorprendente  la falta de voluntad de Martin para admitir que arsenokoitês se limita a todas las conductas homosexuales” (2001:323). No obstante, después de repasar toda la evidencia, Martin concluye:  “Admito libremente quepodría haber sido tomada como una referencia al sexo homosexual” (2006:43). Obviamente aquellos textos más tardíos no afectan el caso de Martin sobre el significado de arsenokoitai durante los tres primeros siglos como actos que involucran abuso sexual. Martin en efecto desestima los textos más tardíos como irrelevantes: “No discuto otras apariciones del término… porque no veo posibilidad de que las mismas nos traigan luz acerca del significado de arsenokoitês en el primer siglo…. Tales usos  opacos y tardíos del término deberían ser dejados de lado hasta tener una evidencia más clara sobre su significado en relación al uso que se hacía en el primer siglo” (2006:203, nota 19).  Martin concluye con una humildad  no siempre característica de aquellos que han tratado  de escribir sobre el significado de arsenokoitês: “No estoy reclamando saber lo que significa  arsenokoitês. Pero sostengo  que nadie sabe que es lo que significa… y dada la escasa evidencia y los variados contextos en los que arsenokoitês  parece referirse a cierta clase de explotación económica no deberíamos permitir que nadie  afirme  que  “por supuesto” el término  significa “hombres que tienen sexo con otros hombres” (2006:43)

Bibliografía
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Nota: Este artículo del Dr. Tom Hanks será parte de la nueva edición de su libro “Biblia y prejuicios: 40 mitos – Critica de la manipulación homofóbica”. Nos ha sido generosamente entregada por el autor para publicarla en Lupa Protestante como la Primera Respuesta de la la Red Latinoamericana contra la Homofobia (RELACH) a la invitación del Dr. Juan Stam de continuar el diálogo con argumentos exegéticos sobre la interpretación de la palabra Arsenokoites. Es nuestro deseo seguir la conversación que esperamos nos beneficie a todas y a todos en la búsqueda de la justicia, la solidaridad, y la igualdad en la comunidad amada de Dios.
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