Las
fuentes históricas disponibles sobre la práctica de la homosexualidad en la antigua Roma,
sus actitudes y aceptación del hecho son abundantes. Hay obras literarias,
poemas, grafitos y comentarios sobre las predilecciones de todo tipo de
personajes incluso de emperadores solteros y casados. Sin embargo, las
representaciones gráficas son más escasas que en la Grecia
clásica.
Las actitudes hacia la homosexualidad
fueron cambiando con los tiempos, según el contexto histórico, oscilando desde
la fuerte condena hasta una considerablemente amplia aceptación. De hecho, fue
considerada una costumbre cultural en ciertas provincias.
Tratando estos comportamientos, es
fundamental recalcar que el término homosexualidad es problemático e impreciso aplicado
al mundo antiguo,
ni siquiera había una palabra traducible como tal en latín ni en griego
antiguo, con el mismo significado que el moderno concepto de
homosexualidad.
La bisexualidad parece que era la norma, pero ya
autores antiguos reconocen que en la antigua Roma había hombres que mantenían
relaciones sexuales exclusivamente con hombres.
En Roma no estaba permitido ni por consiguiente bien visto—
que un ciudadano romano mantuviera sexo anal (poedicare) con otro ciudadano
romano, no había ningún impedimento si lo hacía con un esclavo o esclava.
Horacio (65-8 a. C.), poeta lírico y maestro de la sátira, se hace eco de esta
situación tan ubicua:
Cuando la
entrepierna azuza y tienes a mano un esclavo y una esclava, ¿sobre quién saltas
enseguida? ¿No preferirás que se te reviente, no? ―Por supuesto que no. Me
gusta el sexo fácil y asequible.
Sátiras 1.2.114-9
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