El sudafricano Muhsin Hendricks, de 43 años, es imán islámico y homosexual. Su fundación, “The Inner Circle” ayuda a musulmanes a enfrentar su sexualidad. El mensaje: “Se puede ser musulmán y homosexual”. No todos están de acuerdo con esto y por ello Hendricks ya no es oficialmente un imán.
El imán Muhsin Hendricks se ve cansado. Se encuentra invitado por la organización que se preocupa de los derechos de los homosexuales COC en Ámsterdam. Y el imán tiene un programa sobrecargado. El interés por el “imán rosa”, como también se le conoce, es grande.
Para Muhsin Hendricks es una tarea dura. Él procede de una familia ortodoxa de Sudáfrica. Su abuelo fue imán en una importante mezquita de Ciudad del Cabo. Muhsin se dio cuenta rápidamente de que era distinto. En su niñez jugaba con muñecas en lugar de automóviles. Se le consideraba afeminado y por eso se le molestaba. Más tarde se dio cuenta de que existía algo como homosexualidad.
Hendricks busca consuelo en su religión, la que, según muchos musulmanes, no deja espacio para la homosexualidad. El amor entre hombres o mujeres está prohibido. Es uno de los pecados más graves por el que en algunos países islámicos merece el más grave de los castigos: la muerte.
De su estudio Muhsin Hendricks llegó a una notable conclusión: en ninguna parte del Corán la homosexualidad está prohibida. Tampoco en la historia de Sodoma y Gomorra, ciudades que Dios destruyó porque los hombres tenían sexo entre sí. Según Hendricks los habitantes fueron castigados por violaciones no por contactos sexuales.
Reconocer su homosexualidad y además hacerlo público era para Hendricks un paso demasiado grande. Se casó y tuvo tres hijos. Su mujer sabía que su marido era homosexual pero decidió intentarlo.
El imán Hendricks llegó a ser un respetado imán en las mezquitas de Ciudad del Cabo por sus conocimientos. Pero ese sentimiento específico no se aleja. Después de seis años de matrimonio llega el divorcio, el momento oficial en el que Hendricks “sale del armario”.
Entretanto el imán ha encontrado el amor de su vida. Su compañero es de otra confesión –es hindú- y todavía no ha confesado públicamente su tendencia sexual.
Su trabajo como imán en la mezquita tuvo un final abrupto. Su discurso sobre homosexualidad e Islam no cayó buen en las esferas oficiales. Se le calificó de satanista. Hendricks nunca ha recibido amenazas físicas pero ha sido blanco de muchas críticas.
Muhsin Hendricks todavía se ve a sí mismo como un imán. Con su fundación “The Inner Circle” intenta ayudar a musulmanes a confesar su situación. Hendricks organiza talleres de autoconfianza para dar seguridad a los jóvenes. También dará uno en Holanda. Entretanto se han inscrito más de sesenta participantes.
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