México DF, febrero 05 de 2013.
Desde hace 10 años, Amador se dio “el chance” de buscar placer sexual en el beso
negro, práctica en la que mediante el uso de la lengua, ya sea lamer o chupar,
se besa el ano de la pareja con el objetivo de estimular sexualmente a la
persona que lo recibe. Al principio, relató, no aceptaba ser quien besara, pues
creía que era una “cuestión muy asquerosa”, pero después descubrió que esta
actividad era un arma, asegura, para tener una relación fuerte en cuanto a lo
sexual.
“El beso negro es más que sexo oral, va más allá. Mi
primer acercamiento fue cuando me lo aplicaron. Dije ‘¡wow qué maravilla!´ Fue
gran sensación. Al principio, yo no quería ser el que besara, porque para mí
era una cuestión muy asquerosa; sin embargo, cuando acepté ejecutar el beso, me
gustó, ya que el placer que se siente es el mismo que proyecta tu pareja. Es
muy excitante”.
Amador, quien prefirió ocultar su nombre, mencionó que
descubrió que si le practicaba el beso negro a un hombre heterosexual, éste “se
pierde, dobla las manitas”, pues argumenta que ellos no conocen el placer anal,
debido a que están acostumbrados a tener relaciones sexuales con su pareja por
la vagina. “No piensan que algo se les pueda hacer en el trasero. Les enseñas
que en el ano puede encontrar un placer fuerte”.
Erotismo y sensualidad en el beso del colibrí
En la antigua Grecia, la superioridad masculina se
trasladaba a la práctica sexual: el hombre tomaba a la mujer por detrás, y ésta
tenía que adoptar una posición sumisa; asimismo, en la Edad Media, los clérigos
cristianos no eran del todo célibes, lo que generaba rumor de su atracción
hacia miembros de su mismo sexo. Algunos retablos -estructura arquitectónica
que decora el altar de una iglesia- retrataron a personas que realizaban el
anilingus o mejor conocido como beso negro.
“El beso negro o también conocido como beso del
colibrí tiene que ver con la perversión, erotismo y sensualidad del ser humano,
así como con el permiso que nos demos. Es una práctica tan común y frecuente,
pero tan guardada, porque obviamente tiene una connotación de suciedad”,
mencionó Javier Martínez Badillo, especialista en infecciones de transmisión
sexual.
En entrevista para NotieSe, apuntó que el contacto de los labios con el orificio
del ano genera sensaciones de excitación y placer a la pareja; además, señaló
que algunas parejas lo realizan dentro de un juego erótico, de sensualidad y de
conocimiento de sí mismo y del otro.
El también coordinador de la Red Mexicana de Personas
que Viven con VIH/sida señaló que uno de los mitos alrededor de esta práctica
es el relacionado con “la suciedad, lo malo, lo pecaminoso, lo puerco”, pues es
en el ano por donde se secretan heces fecales. Ante esto recomendó que la
opción es lavarse esta parte del cuerpo antes de llevar a cabo un beso negro.
Recalcó que algunas personas se realizan enemas
-procedimiento de introducir líquidos en el recto y el colón a través del ano
para hacer el lavado desde el estómago hasta el intestino para que no queden
residuos de materia fecal- antes de que les realicen un beso negro. Sin embargo,
advirtió que estos lavados no se deben efectuar más de dos veces a la semana,
ya que el organismo puede hacerse dependiente de esta práctica.
El experto aconsejó no lavarse el ano con jabón pues
podría irritarse la mucosa anal, sino solamente con la espuma que sale del
baño. “Para quitar cualquier exceso de materia fecal, con movimientos
circulares de adentro hacia afuera podemos limpiarlo, pero no en más de dos
ocasiones. También podemos retirar un poco de vellosidad para que estos
residuos no queden atrapados”.
Otro de los mitos, añadió, es que esta práctica la
realizan sólo las personas homosexuales, cuando en realidad no importa la
orientación sexual del varón para sentir placer en esta zona del cuerpo.
“No creo que sea más practicado por homosexuales sino
son ellos quienes más hablan del tema y los que más lo permiten. A diferencia
de las parejas heterosexuales, regularmente, no todas, primero está el noviazgo
y después la cama. Mientras, que en las parejas homosexuales está primero el `cogemos´,
y si nos llevamos bien, igual salimos y nos hacemos novios. Tiene que ver con
esa expresión de la sexualidad, unas tardan más que otras. Obviamente, quien lo
llevan a cabo más prontamente, sin tantos tapujos, son las personas
homosexuales, más propio en los hombres”.
Placer por el ano
Ante la interrogante sobre si en las relaciones
heterosexuales hay más placer en el ano o en la vagina, el experto comentó que
son complementos puesto que la vagina tiene sus propias enervaciones, como el
punto G, el clítoris. Agregó que el simple hecho de pasar la yema de los dedos
desde el vello púbico, los labios mayores y menores hasta la introducción del
pene o dildo genera placer. Por ejemplo, en la posición del misionero: ella
abajo y él arriba. Algunos varones piden a la mujer que les toque el ano para
tener una sensación más placentera. ¿Por qué esto?, porque el ano tiene
enervaciones y en algunos momentos hasta meter el dedo puede provocar esa
sensación placentera en la próstata.
Apuntó que las prácticas sexuales tanto en el ano como
en la vagina son complementarias para el placer. “El hecho de que alguien
acaricie la vagina, pero que sepa hacerlo, pone en sensación el deseo y el
disfrute sexual para las mujeres. La misma persona puede tocar el ano de una mujer,
con delicadeza, puede ser con los dedos, una pluma, y entonces el ano va a
responder. Cuando se toca el ano y la vagina, es un complemento al disfrute”.
Mientras, añadió Martínez Badillo, en el caso de los
hombres homosexuales, la penetración anal es la que brinda el placer, pues se
llega a tocar la próstata de quien está siendo penetrado.
VIH y el anilingus
El experto destacó que si no se tiene una higiene
adecuada al practicar el anilingus podrían presentarse problemas de salud,
debido a la presencia de bacterias, virus o parásitos alrededor y dentro del
recto. Las infecciones que se adquieren pueden provocar diarreas, y puede haber
transmisión de hepatitis A, B y C, clamidia, papiloma, gonorrea, herpes y
VIH/sida.
Sin embargo, destacó que no se podría adquirir ninguna
infección si el ano está limpio y en adecuadas condiciones; es decir, “buena
elasticidad, lubricación, pigmentación y poca vellosidad, así como mantener una
adecuada nutrición. La salud de tu piel incluye la de tu ano. A veces éste se
encuentra más limpio por fuera que la propia boca, misma que está expuesta a
coger hongos, bacterias y virus. Si no nos enfermamos es porque tenemos
amígdalas, encargadas de atrapar a los gérmenes que causan infecciones”.
En cuanto al VIH, Jesús Casillas Rodríguez, director
de la Clínica Especializada Condesa, indicó que hay un peligro “no alto” de
contraer el virus al practicar el beso negro, pues enfatizó que el punto de
riesgo se encuentra cuando en el contacto sexual hay sangrado.
Por ejemplo, si la persona que está dando el beso
tiene una herida en la boca, las encías inflamadas está la posibilidad de que
haya sangrando, el cual estaría en contacto con la mucosa del ano, y así
transmitir el virus, en el caso de que alguna de las dos tenga VIH.
“La saliva normalmente no es contagiosa, no transmite
el virus, pero si está contaminada con sangre evidentemente es una fuente de
contagio. La mucosa del ano sí tiene capacidad de adquirir el virus como si
fuera la mucosa de la boca, si es que a esa parte llega la saliva con sangre.
Protección para la práctica sexual
Javier Martínez , quien también es coordinador del
Centro de Atención Profesional a Personas con Sida (CAPPSIDA), informó que para
evitar el contagio de infecciones es recomendable utilizar un plastipack -trozo
de látex-, y utilizarlo como una “pared” que impedirá un toque directo de la
lengua con el ano de la pareja; asimismo, no habrá contacto de la mucosa bucal
con la anal ni con sangre o restos fecales. Agregó que entre más delgado esté
el plástico es mejor, pues el grosor del material hace que se pierdan las
sensaciones.
“Si tu pareja sexual no te convence al 100 por ciento
o por seguridad puedes utilizar estos cuadrados de plástico; los pones en el
ano y puedes llevar a cabo las lengüeteadas, los besos y las mordidas”.
Recomendaciones para practicarlo
Para aquellas personas que aún no están convencidas de
practicar el beso negro, recomendó que experimenten algo nuevo “siempre da
temor; sin embargo, con cuidado y limpieza. Además de la confianza con quien se
va a llevar a cabo esta práctica sexual se puede garantiza el placer. Tocar tu
ano, descubrir cómo está conformado, qué pliegues tiene y cómo se siente.
Incluso, jugar con aceites o lubricantes a base de agua para conocer más la
anatomía de tu ano”.
Aconsejó tomar un baño en pareja y así asegurar el
lavado anal previo al beso negro. “Debemos revisar si nuestras parejas sexuales
tienen alguna infección en el ano y preguntarles cada cuánto se desparasitan y
si ya se aplicaron la vacuna contra la hepatitis B y C, y si queremos, utilizar
instrumentos que aumenten la excitación, como plumas de ganso, dulces o alguna
sustancia como yogurt o helado”.
Indicó que la comunicación, la seguridad y la
autoestima son los beneficios que otorga la práctica del beso negro. “Tiene que
ver con el ´te gusta, platiquemos. Qué sentiste´. Es el permitirse estas
prácticas, claro con las recomendaciones de higiene y salud. Esto te permite
desarrollar más técnicas, más caricias y besos, y te da seguridad ante quien
eres”.
Cabello corto y castaño, ojos detrás de unos lentes,
manos un tanto temblorosas y de recuerdos fugaces, es así como Amador aconsejó que todas las parejas se den la oportunidad
de probar otras prácticas sexuales. “Sé que no es fácil por el tabú de suciedad
que rodea al ano, pero traten de verlo como una parte más del cuerpo como el
brazo o la boca y déjense llevar por el beso negro, pónganle yogurt, chocolate
líquido, refresco o cerveza”.
Agencia NotieSe
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