Ante el mensaje de salutación anual, el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor Ubaldo Santana, señaló en un comunicado lo siguiente: “Que el derecho a la libertad religiosa ha sufrido varias mermas en el país como consecuencia de políticas gubernamentales”, “Aseverando que Otra formas de mermar los valores cristianos serían la “promoción del matrimonio homosexual, la eutanasia y el aborto”, que han realizado diversos grupos políticos, continuó el prelado”.
Esta ofensiva fundamentalista se ha profundizado en los últimos días, con la distribución en la vía pública de material escrito y por medios televisivos privados regionales y redes sociales que, tomando pasajes bíblicos de manera descontextualizada, condena toda expresión no heterosexual como “aberrante”.
Algunos ejemplos de pronunciamientos estigmatizante y agresivos desde el ámbito religioso han sido los siguientes:
- “El matrimonio homosexual destruye a la familia venezolana”.
- “[la legalización de las uniones entre personas del mismo sexo] atenta contra el fundamento biológico de la diferencia entre los sexos” Joseph Ratzinger.
- “Existe una relación entre la homosexualidad y la pedofilia” Tarcisio Bertone, Secretario de Estado del Vaticano.
- “El matrimonio gay busca destruir a la familia”.
- “En el judaísmo está muy claro (…) que no hay lugar para el matrimonio homosexual y que de acuerdo al judaísmo es una situación que puede ser superada trabajándola profesionalmente” .
- “Es una ley que quiere destruir la familia. Venezuela es un país sano. A un enfermo no hay que darle derechos (…) es una enfermedad, no es normal, hay que curarla (…) Para eso se creó un hombre y una mujer, para multiplicarse. Por cosas como estas hoy existen los terremotos en el mundo” Rabino ortodoxo Samuel Levin.
- “[las uniones entre personas del mismo sexo son] treinta veces más violentas que el matrimonio entre personas heterosexuales (…) padecen de más ansiedad, tienen más tendencia al suicidio, y consumen con más frecuencia estupefacientes”.
- “la homosexualidad es una desviación sexual. Comprobado está que el mayor porcentaje de quienes adoptan este estilo de vida tiene que ver con traumas infantiles y de la adolescencia. Estos traumas están ligados a violaciones, abusos, manoseos o malas experiencias sexuales (…).
Este debate que grupos LGBTI (lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex) integrados en la Red LGBTI de Venezuela han estado llevando a la palestra pública y ante los diputados y diputadas electos por el voto popular del pueblo venezolano el año pasado entregándoles una agenda de Incidencia Política propuesta por la misma.
La Iglesia de la Comunidad Metropolitana “Cristo Redentor”, una comunidad integrada por personas LGBTI expulsad@s de diferentes Confesiones por expresar públicamente su Orientación Sexual e Identidad de Género, donde proveemos un mensaje de liberación de los ambientes religiosos opresivos de nuestros días, donde trabajamos por la justicia y la plena vigencia de los derechos humanos, expresamos nuestro punto de vista a este mensaje de la CEV:
1.- Lamentamos la manipulación que se ejerce desde cierta jerarquía religiosa sobre el pueblo de Dios, citando pasajes bíblicos que no se corresponden con el verdadero significado y origen de los mismos. Vislumbramos en estas prácticas el intento de resguardar un modo de ser Iglesia y vivir el cristianismo, el afán de mantener un poder cultural y religioso sobre la sociedad toda, sin reconocer ni valorar su diversidad.
"Como Creyentes creemos que es inmoral permitir o apoyar la opresión o la discriminación contra las personas por razón de su Orientación Sexual e Identidad de Género, y es contrario a la enseñanza del Evangelio, sobre todo a la palabra de Jesús de que nos amemos los unos a los otros como él nos ha amado, sin distinción".
2.- El Estado debe velar por el goce y cumplimiento de absolutamente todos los derechos humanos de las personas, más allá de sus creencias. En ese sentido, es insostenible que algunas confesiones religiosas pretendan imponer su doctrina y creencias al conjunto de la sociedad venezolana.
3.- El artículo 59 de la Constitución establece que "el Estado garantizará la libertad de religión y de culto. Toda persona tiene derecho a profesar su fe religiosa y cultos y a manifestar sus creencias en privado o en público (...) Así vemos cómo, sin ser un Estado confesional, Venezuela garantiza la libertad de culto. El mismo artículo añade que "nadie podrá invocar creencias o disciplinas religiosas para eludir el cumplimiento de la ley ni para impedir a otro u otra el ejercicio de sus derechos".
El Estado laico es una conquista histórica que no termina de hacerse efectiva en Venezuela, pues aún no logramos deslastrarnos del legado del Estado confesional de fe católica.
La religión tiene su espacio natural en las iglesias y templos, y no debe apropiarse de otros espacios, como en este caso ocurrió con el Poder Judicial, en donde sólo una dama debería ser objeto de culto, y es aquella que vendada, blande una espada y sostiene una balanza: la justicia.
4.- En cuanto al matrimonio de personas del mismo sexo, bajo ningún punto de vista pone en "peligro o riesgo" a la familia heterosexual como se dice, y mucho menos interfiere en cuestiones internas de las Iglesias que hacen a la administración de sus sacramentos. Por otro lado, las ciencias naturales aceptan la homosexualidad como algo normal y no patológico. La discriminación no responde a ningún hecho científico. Lo que se pretende, entonces, es terminar con una injusta y discriminatoria situación para el matrimonio de personas del mismo sexo, basándose en la igualdad que todas las personas tienen ante la ley y los derechos que confiere la normativa internacional de Derechos Humanos. En relación con esto, no está de más advertir que una modificación legislativa no garantiza automáticamente el fin de la discriminación o la exclusión. Tenemos sobradas muestras de ello: la letra de la ley y la aplicación de la ley han sido muchas veces rectas paralelas, con nulas posibilidades de encontrarse… Habrá mucho más trabajo que hacer con la nueva Asamblea Nacional.
5.- Nos unimos a los distintos pronunciamientos emitidos por grupos cristianos, pastores, sacerdotes y religiosos/as en otras latitudes que plantean otras voces dentro del seno de las Iglesias, a favor de la inclusión, la no-discriminación y el respeto y valoración de la diversidad, convencidas/os de que el Dios en el que creemos, padre-madre nuestro, ama a todos sus hijos e hijas.
6.- En fidelidad a nuestras opciones como colectivo y comunidad ecuménica, no queremos dejar de mencionar que el derecho al matrimonio es parte de un conjunto de derechos que también son negados sistemáticamente a la comunidad LGBTI, como a tantos hermanos/as más pobres. En este sentido, nuestra cercanía con las realidades de marginación y exclusión y nuestro compromiso con el pueblo empobrecido, nos exige seguir denunciando la persistente desigualdad y discriminación existente en relación a derechos humanos fundamentales, tales como la salud, la educación, la vivienda y el trabajo. Consideramos necesario y urgente abogar con la misma fuerza por el efectivo cumplimiento de estos derechos. La “agenda de la vida”, nos recuerda que existen urgencias ocultas, que acompañan aquellas que logran visibilidad.
7.- Por último hacemos un llamado a las comunidades cristianas a discernir sobre estos temas según el Espíritu de Jesús y los Signos de los Tiempos. Y a pronunciarse y luchar a favor de la plena vigencia de los derechos humanos, dejando de lado oscurantismos y metodologías temerarias propias de estructuras de poder que respondieron y responden a esquemas de dominación, control y sometimiento de personas, comunidades y pueblos enteros. Situación que muchos, lamentablemente, se empeñan en sostener, atentando contra la misma democracia, los derechos y la dignidad de las personas. El tema no está agotado y tenemos la sensación que estamos en etapas preliminares del mismo. Es necesario dar impulso a un debate con coraje y audacia, combatiendo con perseverancia nuestros prejuicios.
Porque, tal como lo dijo antes Desmond Tutu precisamente en referencia al apartheid, “si permaneces neutral en situaciones de injusticia has elegido el lado del opresor”.
Que el Espíritu, “que sopla donde quiere”, infunda en los cristianos y cristianas la humildad necesaria para escuchar y aprender de todas las ricas manifestaciones de la diversidad humana, expresión de la fecundidad de Dios. Creemos que será ése el camino para aportar una voz en sintonía con los sentimientos de Jesús.
En Caracas, Venezuela 12 de enero de 2011.
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