“Ver el mundo en blanco y negro nos aleja de la moderación y de la paz interior porque la vida, por donde se mira, está compuesta de matices.

Querer imponer al universo nuestra primitiva mentalidad binaria no deja de ser un acto de arrogancia y estupidez.”

Walter Riso.

jueves, 31 de marzo de 2011

El sacerdocio de Osha en Venezuela se llena de homosexuales.

Antes de que algún desubicado me acuse de homofobia, quiero aclarar que como ciudadano venezolano y sacerdote de Orunmila, soy respetuoso de los derechos humanos de cualquier persona, no importa su color, credo, o su preferencia sexual.

No obstante, la misma constitución de mi país, que como ciudadano me impone ese deber, también me da el derecho a expresar mi opinión de acuerdo a mi libertad de conciencia, pues si los homosexuales tienen derechos, los heterosexuales también los tenemos, y en ningún caso los de los primeros privan sobre los de los segundos.

Lo cierto es que en un reciente paseo a una localidad de la costa de mi estado, mientras almorzaba con mi esposa y mi hijo en una posada turística, llegó un Iyawó y se instaló a conversar con unos comensales; lo primero que me llamó la atención, fue la forma tan coqueta como llevaba el cubrecabeza el Iyawó y sus movimientos tan femeninos, por lo cual mi mirada se posó por algunos segundos en su persona, este al sentir la mirada volteó hacia nosotros y tal como corresponde a sacerdotes de la religión yoruba, saludé al Iyawó con la mecánica de rigor, más su respuesta fue una torcida de los ojos y un viraje de cara con un movimiento propio de los hombres afeminados.

Solo me quedó sonreír a mi esposa e hijo y olvidar el asunto. Luego una de las trabajadoras de esa posada me señaló que el Iyawó era hijo de Yemayá y que lo habían iniciado como sacerdote de Osha en una casa cerca de la playa, no sin antes agregar las siguientes palabras: Este pueblo se está llenando de santeros y maricos.

Casi todas las religiones son tolerantes con el homosexual, pero ninguna de las que práctica el hombre, acepta o permite que sus sacerdotes sean homosexuales, lo que no significa que en muchas de esas religiones, esos señores se hayan instalado cómodamente, pues en la mayoría de los casos revelaron su homosexualidad tiempo después de iniciados, y algunos aún la mantienen en secreto, ello a sabiendas que los textos sagrados y el dogma propio de cada religión condena la homosexualidad como una práctica abominable.

La religión cristiana y la católica son claras al expresar en su catecismo: Los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados. Son contrarios a la ley natural [...] No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.

En el Islam, el Corán es explicito cuando en dos de sus suras se cita al pueblo de Lot (los sodomitas), los cuales fueron destruidos por participar en actos homosexuales.

El budismo tolera a los homosexuales siempre que sean laicos, pues dicha práctica en un monje, sería una señal de apego sensual y por lo tanto un serio impedimento para alcanzar el Nirvana.

En la religión Judía, en los capítulos 18 y 20 del Levítico se expresa lo siguiente: No te acuestes con un hombre como si te acostaras con una mujer. Eso es un acto infame. (Levítico 18:22). Si alguien se acuesta con un hombre como si se acostara con una mujer, se condenará a muerte a los dos, y serán responsables de su propia muerte, pues cometieron un acto infame. (Levítico 20:13).

En otras religiones orientales como el sintoísmo, el taoísmo y el hinduismo, la homosexualidad es considerada como incivilizada en el caso japonés, como una falta de equilibrio del ying y yang en la china y un delito en la sociedad hindú. Sin embargo, el suscrito sabe por algunas fuentes que en el culto a la santa muerte que se practica en México, un autonombrado obispo de esa iglesia, la cual no existe en realidad, pues el culto a la Damablanca no está institucionalizado y si muy arraigado al pueblo mexicano, celebró matrimonios Gay, tal y como lo hace la llamada. Asociación Unitaria Universalista, la cual es más una secta que una religión y permite también los matrimonios entre personas de un mismo sexo.

Pero ojo, repito nuevamente para aquellos que aún no lo han entendido, esas costumbres son perfectamente admisibles en cualquier persona, pero son censurables en un sacerdote de cualquier religión, pues todas ellas están basadas en los principios universales, y cuando se unen sexualmente dos personas de un mismo sexo, se está violando el principio universal de los géneros, lo que a la larga constituye un desequilibrio en lo espiritual, vector de igual peso que el intelectual y el material, y que es necesario para el desarrollo integral del hombre y la mujer.

Lo cierto es que la religión yoruba que se practica en este lado del Atlántico, es la única hasta ahora, que está iniciando como sacerdotes de Osha a homosexuales, y ya algunos de esos señores están reclamando el paso al sacerdocio de Ifá, lo que pronto lograrán debido a que el dinero es la premisa única, y no las cualidades morales y éticas para convertirlo al sacerdocio de los Dioses yoruba.

El suscrito en más de quince años en la religión yoruba, es mucho lo que ha visto, como aleyo, como sacerdote de Osha y como sacerdote de Ifá, e infelizmente lo que tengo que relatar sobre la actuación de los homosexuales en el seno de la religión yoruba no es agradable. A pesar de que lo que contaré es solo una muestra del grado de descomposición en que se encuentra el sacerdocio de Osha en general, resulta repugnante la actuación de algunos homosexuales dentro de ella.

A mi casa llegó huyendo de las indecorosas insinuaciones de su padrino, un Iyawó que en mal día se le atravesó a uno de estos sacerdotes gay que simuló ser hombre ante él, y que no solo lo manipuló mediante el miedo para que ingresara a la religión como sacerdote yoruba, sino que en plena iniciación de Osha, la gran mayoría de los santeros tenía esa condición, y me relata con rabia este muchacho, que esos iworos afeminados, hablaban entre ellos y en voz alta para que él los escuchara sobre el tamaño de su pene y de la hermosura de su cuerpo; me cuenta el Iyawó que cuando le tocaron las nalgas con la excusa de lo bonito que le quedaba el mono blanco, este estuvo a punto de destrozarlos a punta de coñazos (el Iyawó es primer dan en Karate Do), y no lo hizo, pues un hijo de Shangó que se encontraba en la ceremonia y al parecer heterosexual, lo contuvo y le pidió que se calmará y se ofreció a protegerlo para que los maricos no le molestaran más durante la iniciación.

El Iyawó le preguntó luego a su padrino, el porqué de la presencia de tanto homosexual en su iniciación, y este se enfureció y le gritó que tenía que ser tolerante con esas personas. El recién iniciado, después del yoko Osha, fue varias veces a la casa de su padrino y este siempre lo recibía acostado en su cama con uno de sus ahijados, hasta que se decidió a abandonarlo, pues cuando le manifestó que quería pasar a Ifá, este agarró otra rabieta más y le exigió un monto exagerado por el ebbó meta, extorsionándolo bajo la amenaza de no entregarle sus caracoles, y cuando el Iyawó le preguntó si había otra forma de arreglar el asunto, este se le insinuó sexualmente.

A veces la gente me critica, pues uso un lenguaje duro para referirme a determinadas situaciones en el seno de la religión yoruba, pero ese sodomita ¿Qué derecho tiene a inclinar a la homosexualidad a un heterosexual, y más aún aprovechándose del ropaje del sacerdocio yoruba para extorsionarlo? Ninguno ¿Verdad? Pero es que los homosexuales generalmente creen que sus derechos están por encima de los demás y son como las pirañas, pues cuando andan en cambote quieren intimidar a los que no son de su condición, tal y como hicieron la parranda de maricones (no puedo reconocerlos como sacerdotes de Osha) que participaron en la iniciación del hijo de Babá.

Total que ya no basta que nuestras filas se llenen de delincuentes, estafadores, y cuanto canalla tenga el dinero suficiente para comprar el sacerdocio yoruba, sino ahora aceptaremos como sacerdotes a homosexuales, para que tal y como afirma el signo de Ifá Oshé Omolú, tapen sus iniquidades con el ropaje de la santidad.

La verdad Safodú es que esta vaina se la lleva quien la trajo.

http://ifapagano.blogspot.com/

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